Mdina es una ciudad medieval amurallada que se encuentra sobre una colina en la parte central de Malta y que fue la capital del país hasta 1570, cuando le tomó el relevo La Valeta. Se la conoce también como la Ciudad del silencio, y fue fundada por los fenicios en el 700 a.C.
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El motivo por el que recibe este nombre lo descubrirás paseando por sus tranquilas calles, que suelen ser de color crema y con muros muy altos. Las edificaciones son mayoritariamente de estilo barroco, y entre iglesias y plazas, hay multitud de tiendas de artesanía típica de la zona.
Los puntos de interés principales son la catedral de Mdina, que se construyó en el siglo XI y donde, además de una atractiva fachada, te esperan varias pinturas y esculturas en el interior; el museo de la catedral, con reliquias y tesoros; el palazzo Falson de Mdina, que te aproximará a la forma de vida de la clase noble y donde hay una colección de antigüedades de gran valor; el palazzo Vilhena, que hoy es el Museo de Historia Natural de Malta, donde hay una colección de fósiles, o el Convento de las Carmelitas, en el que se permite la visita a la iglesia y a algunas estancias.