Sin salida al mar, Mongolia es un país asiático caracterizado por sus estepas las montañas del norte y oeste y el desierto de Gobi en el sur. Viajar a Mongolia es adentrarse en un destino agreste con paisajes vírgenes y una población de cultura nómada. Sin lugar a dudas, Mongolia destaca por su naturaleza en estado salvaje. Y es que puedes hacer excursiones por montañas, ríos, valles, lagos, estepas o el desierto y no encontrarte a nadie en todo el día. Asimismo, podrás conocer la cultura nómada mongola y ayudar a reunir un rebaño, dormir en una yurta de fieltro o montar a caballo. Asimismo, el pueblo mongol es muy acogedor y hospitalario. Por otra parte, en tu viaje a Mongolia no solo encontrarás el mundo rural, sino que también te toparás con Ulán Bator, la capital cosmopolita y moderna. Increíble, ¿no crees? Así que, ya sabes, si te decides por un viaje a Mongolia te esperan auténticas aventuras por el desierto de Gobi, los parques nacionales de Gorkhi-Terelj, Khövsgöl Nuur y Bogdkhan Uul y el lago de Khövsgöl Nuur. Y, por supuesto, no olvides degustar sus empanadillas, su pasta al vapor y su leche fermentada de yegua.
Es uno de los países más altos de la tierra, con una geografía de grandes contrastes, con increíbles montañas de nieves perpetuas, valles, ríos y paisajes inolvidables que se han convertido en un paraíso para los amantes de los deportes de montaña. Las expresiones artísticas y culturales de los mongoles están estrechamente ligadas a las expresiones del norte de China. Se encuentra en Asia Central, ocupando una superficie de 1.560.500 kilómetros cuadrados, constituyendo uno de los países más altos del mundo. Tiene fronteras al norte con Rusia y al sur con China y su orografía se caracteriza por las míticas mesetas. El Desierto de Gobi se extiende hacia el sur y el oeste del país. En el país existen cerca de 3.000 lagos, algunos de origen volcánico, como es el caso del Lago Hovsgol Nuur. Los principales ríos son el Kerulen y el Sélenega. Lo más excitante de Mongolia son sus travesías y excursiones por parajes solitarios, especialmente en el Desierto de Gobi y en las mesetas esteparias. Para los más aventureros, nada mejor que las ascensiones en las cadenas montañosas de Altai Mongol y Hangai. El Monh Hayrahan Uul con 4.362 metros, siendo el punto más alto del país.