Paraísos de Polinesia

La moneda es el Franco Pacífico Francés (cfp), y es también la moneda de todos los territorios franceses de ultramar. Hay billetes de 5, 20, 100, 500, 1.000 y 5.000 francos. Las tarjetas de crédito son aceptadas en los lugares turísticos.

El clima es tropical, muy agradable durante todo el año ya que está suavizado por los vientos Alisios. Cuentan con una temperatura media anual de 25 ºC. Hay dos estaciones: la húmeda y cálida entre noviembre y abril, y la seca entre mayo y octubre.

El prefijo de Polinesia es el +689. Para llamar hay que marcar el 00 + 689 + prefijo local + número del abonado.

Para ciudadanos de nacionalidad española, es necesario poseer un pasaporte en regla con al menos 6 meses de validez. Es indispensable llevar pasaporte electrónico con fotografía digital, en caso de tránsito por Estados Unidos. No es necesario visado.

La diferencia horaria con España es de: ● Invierno: -11 h ● Verano: -12 h

La corriente es de 110 o 220 voltios a 50 Hz.

No son obligatorias, pero sí bien recibidas. Siempre es un detalle dejarlas después de un buen servicio.

El 55% de la población es protestante y el 30% católico. Existen minorías de mormones, adventistas, budistas, confucionistas, judíos y bahaíes.

Los idiomas oficiales son el francés y el tahitiano, aunque este último se practica más en la forma oral que en la escrita. El tahitiano es conocido también como maohi y pertenece al grupo lingüístico de los lenguajes polinésicos. El inglés se habla en los principales lugares turísticos.

Se recomienda ropa de verano, cómoda y ligera (pantalones cortos, camisetas, trajes de baño, sandalias) y una prenda de más abrigo para la noche. Imprescindible gafas de sol, sombrero, crema de protección solar y loción antimosquitos.

No son necesarias las vacunas. Esta información es a nivel informativo. Es necesario consultar siempre en los Centros de Vacunación Internacional (ww.msc.es)

CONSULADO DE ESPAÑA EN POLINESA

B.P. 186 98173 Papeete Polinesia Francesa

Tel. +689 87 717 456

Vice Consul: Mr. Diego Lao.

E-mail: diego.lao@gmail.com

EMBAJADA DE FRANCIA EN ESPAÑA

C/ Salustiano Olózaga, 9. 28001 Madrid.

Tel: +34 91 423 89 00

www.polynesie-francaise.pref.gouv.fr

Cuando los primeros navegantes llegaron a Polinesia descubrieron un pueblo que vivía de forma muy sencilla en contacto con la naturaleza y que no conocía ni la arcilla ni el metal. Cocinaban en el tradicional ahima’a, horno excavado en la tierra y con piedras calientes. Los pueblos polinésicos desconocían las artes del hilado y el tejido, hacían sus ropas y sábanas con la suave corteza interior de plantas tropicales, cuyas fibras eran batidas y encoladas hasta obtener una pieza rectangular parecida al papel grueso. Las casas tradicionales se construían con muros de caña de bambú y un tejado de hojas de pándano o palmera. ● Las danzas. A los polinesios les encanta reunirse en grupo para cantar, reír y bailar. En las festividades indígenas la mítica vahine, la típica muchacha de mirada intensa y largos cabellos negros, danza al son del tamure (danza tradicional) o la kaina porinetia (música contemporánea polinesia) contoneando su cuerpo de manera frenética y provocativa. Estos bailes no fueron bien vistos por los primeros exploradores, que los prohibieron, aunque siguieron celebrándose de forma clandestina. Hasta 1950 no se retomó la práctica de estas danzas de manera habitual. ● Manifestaciones artísticas. Los colonizadores destruyeron gran parte de la cultura tradicional. Se mantuvieron los tejidos de pandanos (arboles muy grandes que se encuentran a la orilla del mar) que se utilizaban para la fabricación de bolsas, manteles y sombreros. También las piezas con tapa, producida al golpear la corteza del árbol hasta hacerla fina como el papel, de la que nació el pareo, fresco, cómodo, decorados con diferentes diseños y con múltiples usos. Las tifaifai son colchas de colores brillantes que se utilizan como regalo de bienvenida o regalo de bodas. Destaca también el monoï, una mezcla de aceite de coco perfumado con fragancia de flores. El Festival de Heiva en Papeete es el mayor festival cultural de la Polinesia francesa, y agrupa competiciones de cantos y danzas, así como competiciones deportivas y artesanales. ● Paul Gauguin. Paul Gauguin llegó a Papeete en 1891 con la intención de pintar los suficientes cuadros para la exposición que tenía que realizar a su vuelta a París. Pensó que era más interesante mezclarse con la población local que con sus compatriotas, y se trasladó a vivir a una choza tipo tahitiano lejos del barullo de la capital. Pasó a formar parte de la vida cotidiana del pueblo y se enamoró de una nativa llamada Teha´amana de sólo 13 años de edad. La tomó por esposa y vivió a su lado el año más feliz de su estancia en la isla. En 1893 regresó a Francia con 66 pinturas que no fueron reconocidas y su exposición fue un fracaso. Regresó a Tahití y en 1901 recibió una carta de un marchante de París que le ofrecía un sueldo a cambio de toda la obra que produjera. Más tarde se trasladó a las Islas Marquesas, se construyó una magnífica casa y se casó con una joven de 14 años, dedicando el resto de sus días a una vida de lujo y placer.

La cocina de Polinesia es el resultado de la mezcla de los ingredientes y platos tradicionales con la influencia de otros países como Francia, Vietnam o China. Está basada sobre todo en los mariscos, pescado (atún, bonito y pescados de la laguna como el mahi mahi, el pez loro o el pez unicornio), cerdo, pollo, arroz y fruta tropical. Entre los platos hay que destacar el Poisson cru, marinado de pescado crudo con zumo de limón o vinagre, sal y salsa de coco. También se encuentran las chevrettes, gambas que se preparan de distintas formas. Las hojas de taro suelen tomarse hervidas y tienen un sabor parecido a las espinacas, y la salade ruse es una especie de ensalada de patata con pequeños trozos de remolacha. En cuanto a los postres destaca el Poi, una especie de pudding que suele elaborarse con taro, plátanos o papayas. Es muy popular el Pamplemousse, una excelente variedad de pomelo. Bebidas: no hay que dejar de probar el pape haari, jugo de coco. Y como cóctel, el famoso maitai, que mezcla ron blanco, piña, granadina, licor de coco y jugo de lima. La cerveza más popular es la Hinano.

El conjunto de 118 islas que forman la Polinesia Francesa está situado en el Pacífico Sur, a mitad de camino entre California y Australia. Se encuentra a 4.000 kilómetros de Nueva Zelanda y a 6.400 kilómetros de Los Ángeles. A pesar de que estos territorios se extienden sobre una superficie de agua tan grande como Europa Occidental, la masa de tierra que corresponde al territorio total de los archipiélagos suma poco más de 4.000 kilómetros cuadrados de extensión. Cabe destacar que los grupos de islas que componen la Polinesia Francesa son 5 archipiélagos muy distintos entre sí, por su cultura, clima y población. Geológicamente se dividen en dos categorías: los atolones o las islas bajas y las islas altas. Los atolones se forman cuando un arrecife de coral crece alrededor de una isla volcánica, a medida que la isla se va hundiendo en el océano. Por su parte, las islas altas, que suelen tener también un origen volcánico, se forman como resultado de una sacudida del suelo oceánico, como es el caso de la isla de Makatea.

● Transportes entre las islas. Existe una línea aérea local (Air Tahití) que comunica las diferentes islas. Catamaranes y ferrys ofrecen varias travesías diarias entre Tahití y Moorea. Desde Papeete hay servicios marítimos a todas las islas habitadas. La frecuencia varía según el destino. ● Dentro de las islas. Las islas disponen de servicios de alquiler de coches y operan las principales compañías internacionales. También se pueden alquilar bicicletas o motocicletas para moverse por ellas. En los taxis, los precios están fijados y regulados por el gobierno para casi todos los hoteles y restaurantes de las islas. Suelen llevar taxímetros. En algunas islas, también hay disponibles taxis acuáticos (taxi boat) para ir a los islotes “motu” donde se sitúan los alojamientos (por ejemplo, en las Tuamotu) o el aeropuerto (como en Bora Bora).

Los polinesios son agradables y hospitalarios y sus costumbres son mezcla de la cultura tradicional con la sociedad contemporánea. Los estándares de etiqueta son relajados, no es necesario vestir de etiqueta ni en los restaurantes de moda. Si visita un hogar polinesio hay que quitarse los zapatos antes de entrar. La familia no es sólo la suma de padres e hijos, sino que se incluyen también tíos, sobrinos, primos, primos lejanos... Los polinesios no hacen distinción por sexo, las mujeres son vistas en igualdad de condiciones a los hombres y ostentan el mando en diversas ocasiones.

En Polinesia se celebra la Semana Santa pero también es muy popular el Año Nuevo Chino (finales de enero, mediados de febrero). Algunas de las fiestas más importantes son: ● Año Nuevo : 1 de enero. ● Llegada de los Primeros Misioneros : 5 de marzo. ● Día de Mayo: 1 de mayo. ● Pentecostés : primer domingo y lunes de junio. ● Día de la Autonomía : 29 de junio. ● Día de la Bastilla : 14 de julio. ● Día de la Asunción: 15 de agosto. ● Día de Todos los Santos : 1 de noviembre. ● Día del Armisticio: 11 de noviembre. ● Inmaculada Concepción : 8 de diciembre. ● Navidad : 25 de diciembre.