DESCUBRIENDO RINCONES INCREÍBLES
Su medina es Patrimonio de la Humanidad, y se puede acceder a ella desde tres puertas, que son Bab Sebaa, Bab Marrakech y Bab Doukhala. Caminando por las calles, verás que las fachadas son blancas y las puertas azules, y que junto a ellas, abundan los zocos o bazares y multitud de bares y restaurantes en los que degustar la gastronomía local, en la que el pescado es protagonista. Algunos lugares destacados son la Plaza de los Granos, la Torre del Reloj o el zoco Souk Jdid. Una zona más tranquila que también merece una visita es la antigua judería, que también forma parte del casco antiguo, pero que está semiabandonado. Aquí residía una colonia de judíos, que tras la Guerra de los Seis Días, emigraron al estado sionista de Israel.
Marrakech, conocida como la ciudad roja, destaca por su rica arquitectura en la Medina y actividades diurnas y nocturnas. Por su parte, Essaouira atrae a los visitantes con su clima moderado, amabilidad de sus habitantes y vibrante ambiente donde conviven artesanos, comerciantes y pescadores. Ambas ciudades ofrecen una experiencia cultural única en Marruecos. Dos destinos fascinantes que reflejan la esencia vibrante de Marruecos.
Marruecos, que posee desde las dunas del Sáhara hasta las montañas del Atlas, es un destino del norte africano muy atractivo e interesante por sus ciudades imperiales y pueblos bereberes. Descubrirás rincones fascinantes como Marrakech, Ait Ben Haddou, Zagora, las dunas de Erg Chegaga, donde pasearás en camello para admirar la puesta de sol, Taroudant, Essaouira y Marrakech.
La cordillera del Alto Atlas divide Marruecos en dos realidades: el norte de país, verde, fértil y mucho más cosmopolita. En cambio, al sur se abre un paisaje fascinante de montañas ocres, gargantas de piedra, fortalezas de barro, palmerales y oasis, la antesala del gran Sahara con sus pueblos bereberes y sus costumbres ancestrales. Visitarás, entre otros, Casablanca, Rabat, Tánger, Fez, Meknes, Erfoud, las gargantas de Todra, Ouarzazate, Ait Ben Haddou, Essaouira y Marrakech. ¿Te apuntas?
Merzouga es un pueblo del desierto del Sáhara, a unos 20 km de la frontera con Argelia y 45 km de la ciudad de Erfoud. Desde aquí se puede llegar a Erg Chebbi, que es una zona llena de dunas de grandes dimensiones, al norte de Merzouga, y donde además de disfrutar de su inmensidad, ya que su altura puede alcanzar los 250 metros, se pueden contemplar fantásticas puestas de sol.
Casablanca es una ciudad puerto ubicada al oeste de Marruecos, en el Atlántico. Es el centro comercial del país y fue colonia francesa, por lo que su arquitectura es una mezcla del art deco de Europa con el estilo morisco, a lo que se le conoce como mauresque. El monumento más impactante es la Mezquita de Hassan II, que es la segunda más grande del mundo después de La Meca, con un minarete de 200 metros de alto.
Ouarzazate, o Uarzazat, es una ciudad situada al sur del Alto Atlas de Marruecos y capital provincial de la región de Draa-Tafilatet. Desde aquí es como se accede al desierto del Sáhara y su arquitectura es la misma que en los valles de la zona, presaháricos y en los que se utilizan las fortificaciones, con torres de vigilancia conocidas como kasba, con varios pisos. En el interior de las murallas y las torres de vigilancia se encuentra el alcázar, con varias entradas y en las que están las casas, la mezquita y la zona para el recreo.
Rabat es una ciudad de Marruecos, además de su capital. Está situada en el Atlántico, junto al río Bu Regreg que la divide en dos partes. Junto a Meknes, Marrakech y Fez, es una de las cuatro ciudades imperiales, así como el centro administrativo y político del país. Fue fundada por Abd al-Mumin, que construyó la fortaleza para luchar contra España, y es que precisamente el nombre de la ciudad significa fortaleza islámica.
Agadir es una de las ciudades costeras más turísticas de Marruecos. Se encuentra al sur del país, junto a las montañas Anti-Altas y tiene una población de unos 100 mil habitantes. La palabra Agadir es un término de origen bereber que significa ‘pueblo fortificado’, aunque apenas quedan unos pocos restos de la muralla de la que tomó su nombre. En el año 1960, la ciudad fue arrasada por un terremoto, y Marruecos la reconstruyó, dotándola de una modernidad excepcional en el país.
Meknes. O Mequinez, es una ciudad de Marruecos, al norte del país, y se encuentra junto a las montañas del Atlas Medio, en la región Fez-Mequinez. Junto a Rabat, Marrakech y Fez, es una de las cuatro ciudades imperiales. Como en el resto de ciudades, su Medina o casco antiguo es la zona de mayor interés. Patrimonio de la Humanidad, está repleta de tiendas y zocos en los que sus habitantes intentan incansablemente conseguir una venta. Uno de los más llamativos es el Souk Sebbat, en el que abunda la artesanía. Otra parada obligatoria es la Madraza de Bou Inania.
Marrakech está situada en el centro del país, al pie del Atlas, lo que la convierte en el punto turístico principal del país. Posee el mercado tradicional más grande del país, y una de las plazas más concurridas de África, Djemaa el Fna. Como otras ciudades imperiales marroquíes, está dividida en dos partes: el centro con la gran Medina y la ciudad nueva. El lugar más famoso de Marrakech es la Plaza Jama el Fna, situado muy cerca de la famosa mezquita de Koutubia, dentro de la ciudad antigua. Toda la ciudad gira entorno a ella, y se juntan miles de personas al día.
Fez es una ciudad de Maruecos, situada al noroeste del país, y que es considerada la capital cultural. Es la más antigua, del año 790, cuando Idris I la fundó. Forma parte del conjunto de ciudades imperiales, junto a Rabat, Marrakech y Meknes. Está dividida en dos ciudades antiguas o Medinas y una judería, con calles que parecen laberintos y que están repletas de zocos cargados de ambiente.
Erfoud es una ciudad de Marruecos, en la región de Draa-Tafilalet. Se encuentra en medio de un oasis en pleno desierto del Sáhara, y se divide en varios distritos, Hay Salam, Hay Jdid, Hay Ziz, Hay el Bathaa, Hay Annahda, Hay el Hamri. Dado que fue creada por los franceses a comienzos del siglo XX, su valor histórico y monumental es bastante escaso. Sin embargo, cuenta con fósiles de animales extintos, que se convierten en el principal atractivo./p>