La cultura cubana es producto de la fusión de la cultura española y africana. El pueblo cubano es creativo y ha desarrollado su expresividad durante 40 años sin recibir prácticamente influencias del exterior, lo que hace único al arte cubano. La situación actual es más abierta que en las primeras décadas de la Revolución y desde el Ministerio de Cultura se fomenta la actividad artística en todos los campos.
La Escuela Nacional de Arte, fundada en La Habana en 1960, cuenta con 41 delegaciones en todo el país, que cubren el espectro de las artes plásticas, la música, el ballet, el teatro y la danza. En La Habana hay numerosas galerías de arte y museos, y no hay ninguna ciudad donde no se encuentre una Casa de Cultura o Casa de la Trova, donde se mantiene vivo el rico legado cultural cubano.
En la literatura, Cuba ha tenido docenas de autores y poetas de calidad. Destaca el héroe nacional José Martí (1853-1895), que describió con pasión la injusticia y defendió la independencia. También merecen una mención los novelistas Alejo Carpentier y Guillermo Cabrera Infante y el poeta Nicolás Guillén.
En Cuba existe pasión por el cine y el teatro. Desde 1959 el Instituto Cubano de Arte e Industria del Cine produce importantes películas, como la famosa “Fresa y Chocolate” (1994) que fue seleccionada para los Óscar. En cuanto al teatro, existen unas 60 compañías de teatro profesionales y muchos grupos locales en todo el país.
La música, desde el folclore al rap, forma parte del día a día de Cuba. Los españoles introdujeron su música rural tradicional y rápidamente se desarrolló un estilo criollo propio con las guajiras y las trovas. La fusión de estas melodías folclóricas con ritmos e instrumentos africanos dieron lugar a ritmos como el danzón, el son o el son changüí. En la década de los 30 las orquestas de jazz empezaron a influir en la música cubana y en los 60 y 70 evolucionó la salsa, con la figura de Celia Cruz como reina indiscutible.